
"Es la reunión del obispo con el clero para renovar los compromisos sacerdotales y para bendecir los oleos, un motivo importante para vivir la fraternidad y reconocer que somos un sólo presbiterio, que trabaja en la construcción del reino de Dios desde esta porción de la Iglesia...es igualmente valiosa la participación de las delegaciones de las parroquias que conforman la Arquidiócesis", afirma Reynaldo González Pbro., capellán del Cementerio Central.
En principio la celebración se debe realizar el jueves santo, pues está enmarcada dentro de la celebración de la institución de la eucaristía, el mandamiento del amor y el sacerdocio, pero por motivos de las ocupaciones de los párrocos durante Semana Santa se hace necesario celebrarla una semana antes.
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